EL QUE NO ARRIESGA NO GANA


¿Cuantas veces nos hemos engañado a nosotros mismos?, más de una seguro; tal vez muchas veces hallamos creído que lo que hacíamos era lo mejor para nosotros, cuando en realidad era todo lo contrario, tal vez tantas otras hallamos creído que la decisión que tomábamos era la correcta, cuando no podíamos estar más equivocados y las incontables que hemos hecho algo porque estaba bien para los demás pero sin embargo era lo peor para nosotros…. Pero una sola cosa es verdad en esto EL QUE NO ARRIESGA NO GANA porque si no nos hubiésemos equivocado con esas malas decisiones, con esas malas acciones, tal vez nunca hubiésemos aprendido de esas malas experiencias.
Entonces por ahí si no hubiésemos arriesgado a cometer estos errores, no hubiésemos ganado la experiencia, la “calle”. Pero de una cosa si estoy segura es que todo, todo tiene un limite y ese limite, ese arriesgue llega hasta cuando se pone en juego las cosas más importantes que uno tiene, que muchas veces no nos damos cuenta cuanto hemos arriesgado hasta que estamos a punto de perderlo todo o en otras es tanto lo que se ha arriesgado que hemos agotado la paciencia, el corazón y el amor en la otra persona, en las otras personas y hasta en nosotros mismos.
Y ahí es cuando viene el arrepentimiento, las ganas de volver el tiempo atrás y la clásica y querida “te juro que yo no quise hacerlo, perdón”. Pero muchas veces cuando nos cae la ficha ya es demasiado tarde para remediar, e incluso hasta para pedir perdón, e incluso ya estamos demasiado solos, tan solos que nadie, ni nuestra propia sangre quiera seguir jugando con nosotros por la delicada senda de lo que todos llamamos VIDA porque ya no queda más nada que arriesgar que la propia vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Antevasin.