Descalza y en puntas de pie.

¿Cuantas veces nos hemos engañado a nosotros mismos?, más de una seguro; tal vez muchas veces hallamos creído que lo que hacíamos era lo mejor para nosotros, cuando en realidad era todo lo contrario, tal vez tantas otras hallamos creído que la decisión que tomábamos era la correcta, cuando no podíamos estar más equivocados y las incontables que hemos hecho algo porque estaba bien para los demás pero sin embargo era lo peor para nosotros…. Pero una sola cosa es verdad en esto EL QUE NO ARRIESGA NO GANA porque si no nos hubiésemos equivocado con esas malas decisiones, con esas malas acciones, tal vez nunca hubiésemos aprendido de esas malas experiencias. Entonces por ahí si no hubiésemos arriesgado a cometer estos errores, no hubiésemos ganado la experiencia, la “calle”. Pero de una cosa si estoy segura es que todo, todo tiene un limite y ese limite, ese arriesgue llega hasta cuando se pone en juego las cosas más importantes que uno tiene, que muchas veces no nos damos cuenta cuanto hemo

Tal vez sea dificil alguna vez encontrar alguien o algo con quien desahogarnos, tal vez sea pq ese algo o ese alguien no existen, pero las palabras siempre nos serviran de consuelo siempre expresaran lo que queremos escuchar en ese momento en que mas lo necesitamos. Tal vez algunas veces se tenga miedo de realmente expresar lo que sentimos, sacar esa bola de angustia o de felicidad que llevamos dentro, pero las palabaras seguiran siendo siempre nuestras mejores aliadas para estos momentos, podemos confiar en ellas porque nunca nos defraudaran, siempre y cuando salgan del corazón, nunca nos engañaran con otros, nunca nos harán pasar un rato amargo, pero nunca podremos afirmar que dicen la verdad porque solo dicen lo que queremos escuchar, lo que queremos leer, lo que necesitamos para sentirnos mejor. Pueden inventarnos todo un nuevo mundo, en el que podamos sentirnos nosotros mismos,, ser Yo, expresarnos, respirar y tomar un nuevo empuje para seguir adelante. pero al fin y al cabo son p