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Mostrando entradas de octubre, 2012

Parachutes

La vida, ese pequeño paracaídas. Cada uno lleva consigo un pequeño paracaídas y como tal, cada uno decide si abrirlo o no, solo sé que si no se intenta uno pierde la oportunidad de arriesgarse, de vivir. Al accionar la palanca pueden suceder dos cosas, que se abra y uno aprenda a planear entre la adrenalina que genera el riesgo, la sensación de libertad y a dejarse llevar por el rumbo que trace el viento . Si sucede todo lo contrario, si el paracaídas no se abre y uno ya está en el aire, sin poder hacer más que ver el suelo llegar, aterrorizarse ante el estruendo de la caída, resta saber que tomamos el riesgo de animarnos a vivir, que cada caída es un estampido contra el piso pero que también es la satisfacción de haber intentado , y que una vez en el suelo, sólo queda levantarse, sacudirse y mirar al cielo de nuevo, el paracaídas siempre se abrirá, tal vez antes, tal vez después, lo interesante es el riesgo de accionar la palanca sin saber que puede suceder, después de todo, hablam