El Bobo.
El bobo no elige a quien guardar dentro de sí, a quien abrirle la puerta y dejar que pase… y (en algunas ocasiones) instalar allí. El bobo se deja llevar por las grandes cosas , y que la cabeza parece dejar de lado, profundidades y no superficialidades. El bobo cree , no analiza cada palabra, no admite prueba en contrario, sólo a las pruebas se remite. El bobo no actúa , (y ese es su mayor error) deja que las neuronas lo hagan primero, para después hacerles entender que se equivocaban, que deberían haberlo seguido a él. El bobo no conoce de recetas para su dolor , como ellas, aunque a veces un par de cubas libres ayuden, pero después se vuelve. El bobo vive de ilusiones , y difícilmente ve la realidad, desconoce muchas veces “la verdad de la milanesa”. El bobo mira con los ojos del alma , que ven más allá de ojos que devuelven miradas, (algunas veces adivina el malestar del otro) los de la cara solo ven su belleza física. El bobo no entiende de complejos , sólo de formas para superar...